La vida algunas veces se parece a un carrusel, todo empieza a darte vueltas sin entender nada de lo que pasa a tu alrededor, ves a todos corriendo, yendo y viniendo, haciendo y deshaciendo, riendo y llorando y parece que tú estás en una especie de pausa donde simplemente no puedes hacer nada, donde tienes tantas cosas que no sabes ni cómo empezar, donde empiezas a querer resolver un problema y otro más complicado se presenta ante ti, y no puedes detener las vueltas…

Las noticias te abruman, el cielo se acopla a la situación y no deja de llover, los vientos se tornan más fuertes, te sientes golpeado, escupido en la cara, el café te sabe más amargo, y sabes que a pesar de tener todos los elementos necesarios, los problemas que se te presentan te llenan de impotencia porque no hay nada que puedas hacer para resolverlos, porque no está en tus manos, por más que quieras, por más que busques, así que solo te resta pedir más fuerza…