El dolor no me deja ver más allá de las razones del corazón, mi mente apago el apetito y las ganas de dormir, mi cabeza da punzadas de dolor por la falta de sueño pero no se comparan con las punzadas de mi corazón que me pide a gritos que te ruegue, te implore que vuelvas a mi, quizá con un golpe de suerte me puedas perdonar, pero se bien que es imposible porque ya no hay nada que te pueda ofrecer y solo supe hacerme odiar, las promesas rotas se clavan en mi espalda y los sueños en mis pies, aumentando más el dolor de continuar y me van desangrando.

Mi mundo se ha vuelto gris otra vez de un solo golpe y sin vista de retorno, ya me estaba acostumbrando a los colores de la vida, estoy mareado tal vez sea el dolor o el cansancio de no parar de llorar, los pocos alimentos que pruebo tiene un sabor amargo, el cual dificulta más el proceso de seguir aquí.

La película sobre mi vida empieza a proyectarse en mi mente, las cosas las recuerdo ahogándose en mi garganta, no tengo siquiera las ganas de continuar, todo se acabó y yo simplemente me estoy dejando ir...