Sé que no quieres romper la decisión que tomaste, que el silencio es mejor que exponer nuevamente el corazón por miedo al dolor, que jamás te veré buscarme para hablar, y que algunas noches ahogaras tus palabras en una almohada que te susurra al oído que tal vez si merecía una oportunidad, y también sé perfectamente bien que sabes que basta una pequeñísima señal de tu parte para que abra mi alma, y te de nuevamente la bienvenida a mi existencia, pues jamás he dejado de ser tuyo…

Sé que no quieres que te hable más del amor que siento, porque mis palabras romperían tarde o temprano esa coraza que te has instalado en el pecho, porque sabes que deje toda mi dignidad y mi orgullo días atrás y te habla directamente mi corazón mendigando tu amor y quiere hacerte entender que podemos aun ser felices que puede amarte con la misma devoción, fidelidad y transparencia que ha sentido, que no se tiene porque acabar, que todo lo podemos arreglar, que no tenemos que sufrir necesariamente por nuestro pasado...

Pero pensándolo bien...

…todo eso es lo que yo quiero, lo que más deseo en esta vida, nada me haría más feliz que fuera verdad, pero yo sé bien que esto jamás pasara, además esto nunca lo leerán tus ojos, pues lo único que sientes por mí es repulsión y odio o tal vez lo leerás y te reirá de lo tonto e ingenuo que soy, ya que no tengo nada para ofrecerte más que mis sueños rotos y este corazón que se resiste a admitir que te perdi.